Nuestra tierra. La que nos deja echar raíces y crecer tan alto hasta tocar los cielos celestes que nos tiñen el alma. No, no hay limites. Nuestra República es libre, independiente y sobrena. Es conjunto de adjetivos. Argentina es pueblo.
No hay retorno, la argentinidad una vez puesta no se sale, no se lava. Es una marca de corazón, porque si hablamos de sentimientos profundos, no hay quien le de remate.

Esta república es voz latinoamericana, y con una sola melodía es capaz de estremecer a los corazones, hasta hacerlos llorar de amor.

Argentina es palabra reflexiva: de esas que sanan, curan y te convierten.

Esta República es lucha sin final. Colmada de memoria, con pulmones fuertes para gritar cuantas veces sea necesario.

Argentina es reivindicación.

Y no, aquí no existe el miedo. La revolución es parte del ADN.

Tierra de un Dios sin igual.

Y creadora del nuevo testamento.
Patria si, propia, incomparable. Porque ser argentina o argentino es algo único. Y si uno se va, siempre vuelve, pues las raíces son tan profundas que jamas se rompen. Un amor genuino es eterno. Y quien desee, esta invitado a compartir los colores de la albiceleste.
Viva Argentina, viva la patria.