Fue inaugurado un 9 de agosto de 1903, cuando en el espacio que conocemos hoy, con motivo de la celebración de la «Fiesta del Árbol» el Dr. Antenor Álvarez (Presidente del Consejo de Educación, por entonces) dispone que mil niños escolares planten cada uno un eucalipto, dando origen en esta plantación al hermoso Parque Aguirre.
A raíz de la iniciativa cientos de santiagueños se sumaron a plantar, y finalmente fueron más de1600 eucaliptos en la zona conocida como el brazo muerto del Rio Dulce.
Las filtraciones del río Dulce formaban ahí, en un bajo o cauce viejo, una extensa laguna que no tardó en transformarse en un foco de paludismo, comenzando a observarse los primeros casos en 1900 y pasando a ser gravísima la situación en 1901.
Se calculó que el 70 % de la población, estimada entonces entre 10.000 y 12.000 habitantes, había contraído malaria.
La provincia venía sufriendo el ataque de epidemias y endemias que llegaron a causar la muerte de gran parte de la población, hablamos en su mayoría de enfermedades infecciosa, trasmitida por la picadura de un mosquito.
Por esto, aparece en escena un bien llamado «prócer», el doctor Antenor Álvarez. Un prestigioso medico higienista santiagueño, quien ocupó el rol de Presidente del Consejo de Higiene Pública (entre otros cargos) y creo el plan “Plan de Defensa Sanitaria para la ciudad» o «Plan Álvarez», el cual tenía la intención de aminorar urgentemente el ataque de las epidemias a la población.
El proyecto de Álvarez fue respaldado por el entonces gobernador, Pedro Barraza, y por el primer Intendente de la ciudad autónoma de Santiago del Estero, don Andrés Figueroa. Este último dio fundamental impulso al «nacimiento» del espacio natural, que tomó cuerpo con la sanción de ordenanza Nº 79, en el año 1904.
El plan también proponía medidas que suponían avanzar en la socialización de las nociones de higiene en la sociedad intentando modificar las prácticas culturales vigentes.
La principal acción fue drenar las zonas donde habitaba la llamada «malaria», y convertirla en un parque, actual «Parque Aguirre». A esas tierras, gravemente invadidas por esa enfermedad infecciosa, se la limpió, secó y se la preparó, se sembró los eucaliptos, arboles históricos de nuestras tierras, los cuales llegaron para ser unos salvavidas importantes. Se trata de una especie arbórea de cuerpo y raíces grandes, que absorben grandes cantidades de agua. Necesaria para el territorio, ya que drenaban y secaban zonas con agua estancada, y con eso, se eliminaba el nacimiento de esos mosquitos portadores.
Originariamente, el parque y la zona ribereña sumaba en total 324 hectáreas de espacio de uso público, hasta mediados de los 50.
De aquellas 324 hectáreas solo 100 se conservan en condición de irrestricto uso para cualquier ciudadano.
Debido a que el mantenimiento se dificultaba para la municipalidad las donaciones o concesiones se realizaron bajo la premisa de que podrían mantener y mejorar esos sectores del parque y la costanera, que el exiguo presupuesto municipal era incapaz de sostener.
También la provincia hizo reserva de terrenos que destinó a la construcción de emprendimientos de índole diversa, como lo son el Hipódromo 27 de Abril y el Polideportivo Provincial.
Actualmente este magnífico parque posee vistosos jardines, hermosas estatuas como la del Kakuy, El Cristo Redentor, Francisco de Aguirre y varios lugares de esparcimiento como el Parque de los niños, el Kartodromo, la Plaza Añoranzas, el Polideportivo Provincial y las recientes modificaciones con la ampliación de la costanera, el paseo Diego A. Maradona y El Estadio Único Madre de Ciudades.
Hoy celebramos 119 años de un espacio que dio esperanza y vida a Santiago del Estero.
Un lugar de recreación especial, donde se puede llevar a cabo diferentes actividades, las cuales invitan al turismo a involucrarse en la esencia santiagueña.