Aquel 2 de septiembre, encubre un acto de contrabando y comercio ilegal. Efectivamente, ese día, zarpó desde el fondeadero del Riachuelo, que hacía las veces de puerto de Buenos Aires, la carabela San Antonio, rumbo al Brasil. Llevaba en sus bodegas cubrecamas, frazadas, otros tejidos, sombreros y bolsas de harina, producidos en Santiago del Estero. Pero en su interior, camufladas, según denunció el gobernador del Tucumán Ramírez de Velasco, también cargaba barras de plata provenientes de Potosí, cuya exportación estaba prohibida por Real Cédula.
Además, fue una exportación de una colonia a otra, cuyas coronas de España y Portugal estaban unidas bajo el rey Felipe II, el Prudente.
El obispo portugués Francisco de Vitoria había servido a un mercader en la provincia de Charcas, donde formó relaciones comerciales con importantes personajes del virreinato, que le terminó por conceder un permiso para importar esclavos al Río de la Plata. Con esto, se convirtió en pionero de ese tráfico, ya que por aquel entonces no había pasado ni un solo esclavo por el puerto de Buenos Aires.
Los miembros de la Audiencia, que apoyaban y negociaban con el Fray, parecían no prestarle atención a las denuncias del gobernador Ramírez de Velasco, quien terminó acudiendo al rey Felipe. Fue así que la carabela San Antonio emprendió su regreso con 120 esclavos a bordo, quienes irían a parar a las minas de Potosí.
Lo que no tuvo en cuenta el Fray fue el abordaje del pirata inglés Thomas Cavendish, a quien no le importó la presencia del obispo a bordo, por lo que robó toda su mercadería y la mitad de los esclavos. Después del hecho, Francisco de Victoria terminó siendo separado de su diócesis.
El desarrollo industrial en estos territorios tardaría siglos en llegar. Recién hacia fines del siglo XVIII arribaron a Buenos Aires las primeras manufacturas inglesas, pero la masiva penetración de bienes importados imposibilitó el desarrollo industrial, que debió esperar largamente hasta entrado el siglo XX. El debate entre librecambistas y proteccionistas se extendió largamente durante los siglos XIX, XX y continúa en nuestros días.
Fuente:
Sesión del congreso Nacional del 18/9/1875. Cámara de Diputados, págs. 1123-1124.